
Ir al supermercado fue como ir a un museo de arte pop,
colores radioactivos, formas extrañas, todo extravagante e incómodo (para mí).
plásticos travestidos como alimento saludable.
Junto a esto sentí creciendo, aún suave, un latido agricultor. Gente con amor a la huerta y a la jardinería silvestre (sin tanta intervención humana).
La danza con nuestra naturaleza.